Saint Seiya: Brave Soldiers es de esos juegos que se pueden integrar perfectamente dentro del subgénero de los fan service. Independientemente de que sea un juego de lucha pura y dura, es un título diseñado prácticamente en exclusiva para todos aquellos que hayan disfrutado en algún momento de las aventuras de Seiya y el resto de los Caballeros del Zodiaco (como se llamo a la serie por estos lares en los 90) y tengan una PS3.
Como en todo juego de estas características, el contenido inicial es muy pobre y hay que jugarse el modo historia para ir desbloqueando personajes, escenarios y jugosos extras. Dicho modo historia se comprende de los tres ciclos argumentales antes detallados, que siguen paso por paso los acontecimientos de la historia canónica. No hay libertad para escoger luchador, sino que recreamos los combates y los diálogos para recordar la historia. De fondo, la música de la serie e imágenes sacadas de esta, para complementar unas actuaciones, que son las originales en japonés, nada de doblajes al inglés.
Los combates de Saint Seiya: Brave Soldiers se consisten en acabar con la barra de vitalidad del rival mediante golpes físicos y los poderes de cada santo. Por ejemplo, en la saga de Santuario tenemos que recrear los combates contra los doce caballeros de oro y salvar a Saori de la flecha que se abre paso hasta su corazón. Manejando a Seiya, Shun, Hyoga, Shiryu e Ikki podemos desatar sus poderes característicos, con animaciones dedicadas para cada uno de ellos, e incluso liberar el séptimo sentido y entrar en un estado de fuerza sobrehumana, bastante desequilibrante.
Pero esto no es todo, ya que cada combate tiene una serie de retos especiales que hay que cumplir si queremos desbloquear contenido adicional, ya sean personajes para luchar en los otros modos, escenarios, cartas coleccionables, animaciones de los grandes poderes de cada personaje… Estos retos son muy variados y puede haber varios, dependiendo del combate. Pueden consistir desde hacer un combo con un número mínimo de golpes, parar una cantidad determinada de ataques, acabar el combate con golpes especiales, no ser derribados… Sin duda, son un aliciente para completar una dificultad muy básica, que busca más el lucimiento del jugador, que no necesita aprenderse los controles de cada personaje ya que el mapeado de botones es extraordinariamente similar.
Efectivamente, en cuanto le hayamos cogido el tranquillo a los primeros combates deSaint Seiya: Brave Soldiers, será complicado obtener menos de una calificación B en ellos, predominando las S y alguna que otra A suelta. La búsqueda de los logros, no obstante, mejora esta situación y, además, ofrece una recompensa inmediata, por lo que se intentan conseguir con gusto, especialmente cuando esto implica obtener un luchador nuevo.
A medida que avanzamos en la historia, también vamos obteniendo nuevas versiones de los personajes clásicos. Esto significa que veremos, por ejemplo, a Seiya con las tres armaduras de bronce, protegido por Sagitario y, por supuesto, con la armadura divina. Algunas de estas transformaciones son puramente estéticas, como la de Hyoga con el ojo vendado o la de Shiryu sin armadura, pero otras, en cambio, implican un cambio en los golpes y poderes de los personajes.
Sin embargo, en un juego con tanta solera y tantos personajes como Saint Seiya: Brave Soldiers destaca la poca cantidad de personajes que hay disponibles. Uno dirige la vista a otros títulos similares como Naruto y la omnipresente Dragon Ball y hay muchos más luchadores disponibles y más diferenciados entre sí. Así, se hace inexplicable la ausencia de algunos caballeros de bronce, de la práctica inexistencia de los caballeros de plata, la no inclusión de los Santos Negros, la ausencia de los espectros de Hades, salvo los tres jueces y la decepcionante ausencia del resto de armaduras divina. Faltan muchos, muchos personajes y aunque los disponibles pueden parecer muchos, se queda corto para lo que intenta un juego de estas características. Sin duda, es un apartado que irán completando más adelante, mediante DLC o actualizaciones, pero tendría que estar presente desde el primer día.
Lástima no tener la PS3…