Mini Relato – El Cambio

Y otro mini relato que nuestro colaborador Jose Manuel Cuerda nos aporta para el blog y para nuestros lectores. En este caso un poco sobre los Tau.

Y mientras el rastreador admiraba el caer de la lluvia por su ventana y veía los edificios blancos y relucientes, con el casco encima de su mesa, sentado en el sillón, vistiendo aun la armadura. No podía dejar de pensar en la batalla, su última misión, sus compañeros habían caído en combate, y la imagen de esos demonios y marines del caos, le atormentaban, se produjeron muchas bajas entre las filas, fue una victoria difícil. Los chillidos resonaban en su cabeza, y las grotescas imágenes se repetían en la retina de sus ojos.

Pero se levantó y se dirigió al baño, se quitó la armadura, observo su imagen en el espejo y pensó, -el bien común es necesario, y solo un etéreo puede ayudarme con esto-.  Esa noche no pudo dormir bien, fotogramas de las barbaridades cometidas por los marines espaciales del caos le perturbaban. 

A la mañana siguiente se dirigió al cuartel y le dieron una mala noticia, su comandante había fallecido por las heridas. Apenado por la pérdida cuando se dirigía hacia la puerta de salida, escucho una voz que lo llamaba.

Un etéreo lo llamaba, joven con su túnica blanca y una capa característica de color turquesa, sabía que era de un planeta del sector Bork’an, pero no le conocía. Y ando hacía el etéreo que con vos suave le dijo: -Hermano, se que el dolor que llevas dentro y lo que has visto es algo horrible, pero el Bien Supremo
 tiene que prevalecer y como buen soldado debes saberlo-.

El rastreador consternado le respondió: -Es difícil señor pues lo que he visto no creo que la luz pueda iluminar mi camino-. 

 A lo que el etéreo le respondió: -Nada es fácil en esta vida, pero siempre hay una luz iluminadora, ven te lo explicare y lo veras-. 

Y el rastreador consternado por las respuestas siguió al joven etéreo, como todos ellos era bastante enigmático, pero este tenía algo que le era llamativo, su poder de convicción era inigualable. Tras un rato de camino y de preguntas por parte del rastreador y respuestas y serenidad del etéreo, caminando por un pasillo con grandes ventanales de cristal y unos patios cargados de vegetación, entraron en una sala, y el tiempo transcurrió y los personajes seguían hablando, la mente del rastreador no hacía nada más que asombrarse, ilustrarse e iluminarse con las palabras del joven etéreo. Y al final el etéreo dijo: -Sígueme y volverás al camino del bien supremo.

A lo que este le respondió: -Si, señor lo que usted mande-. 

Y se dirigieron por la estructura militar hasta el almacén de las armaduras, donde había un joven comandante limpiando su armadura crisis, asombrado por la situación el rastreador no sabía cómo reaccionar o que hacer, pues todo ocurría rápido. Pero el etéreo alzo la voz y dijo: -Comandante, aquí tienes un nuevo rastreador, y seguro que nos será de ayuda para nuestras misiones y campañas, confió plenamente en el-.

El comandante se acerco le observo su cara, sonrió y dijo: -Bienvenido hermano, y no te preocupes-. A lo que se giró y marchó de nuevo a revisar su armadura. 

Y en su mente, corazón y músculos, dieron un vuelco, a lo que el etéreo le miró y le dijo con la voz más serena que jamás había oído: -Hermano ve a casa y descansa, pues mañana conocerás a tus compañeros de armas y será un nuevo renacer del Bien Supremo para ti. 

A lo que el rastreador solo pudo dirigirse a casa con una ligera sonrisa y pensando en todo lo que había pasado y que a pesar de todo siempre se puede tener una sonrisa, pues ya estaba deseando conocer a sus nuevos compañeros y estar bajo las órdenes de esos dos comandantes.