Crossovers con la Sigmaroteca – Unidad Gruñecolmillos de Orruks traducida

Otra unidad traducida con su trasfondo ya disponible primero aquí por FanHammer y en la Sigmaroteca, donde podéis encontrar todo el trasfondo que día a día va creciendo según lo hace el juego y salen los nuevos libros y manuales.

En una marea de carne porcina, los gruntas cargan a través del campo de batalla, aplastando a sus víctimas entre una lluvia de polvo y devorando ávidamente cualquier cosa que puedan trocear sus colmillos. En sus lomos, malvados Mandíbulaz de Hierro vociferan eufóricos gritos de guerra. Juntos son los Gruñecolmillos, las tropas de choque de los Mandíbulaz de Hierro.

Descripción.

Los Gruntas son enormes bestias parecidas a jabalís con dientes afilados como navajas de afeitar, cuernos sucios y brillantes ojos inyectados en odio. Siempre con un notable humor de perros, son preciadas monturas para cualquier orruk de los Mandíbulaz de Hierro con la suficiente entereza como para montarlos hacia la batalla. Las Peñaz y Puñoz de Gruñecolmillos son la tropa de choque de los Mandíbulaz de Hierro, causando gran alboroto por delante de los demás orruks para arremeter los primeros contra el enemigo. Rebanadoraz herrumbrosas, balanceadas con la hercúlea fuerza de los orruks, lanzan a los guerreros enemigos por los aires, mientras los gruntas rasgan y aplastan lo que queda de la línea enemiga con sus pezuñas y afilados colmillos. Incluso para los estándares de los Mandíbulaz de Hierro, la carga de los Gruñecolmillos es terrorífica de contemplar, especialmente cuando unidades enteras desaparecen bajo la rugiente masa.

Los Gruñidores comerán prácticamente cualquier cosa, desde mutilados restos de enemigos a orruks distraídos, e incluso los cimientos de edificios (tienen especial predilección por los edificios en honor a Khorne, hechos con calaveras). Los Gruntas también comen copiosas cantidades de hierro, normalmente como resultado de comer cosas más apetecibles y que están pegadas a este, como personas. El metal no digerido es entonces recogido por los orruks para emplearlo en armas y armaduras, llamándolo Arrabio.

En realidad, un orruk nunca domestica un Gruñidor, pues las criaturas son demasiado beligerantes como para aceptar un jinete sin pelear. Cuando los Klanes de Mandíbulaz de Hierro atraviesan un área donde saben que deambulan los gruñidores (cosa fácilmente identificable por la devastación causada a la vida salvaje y al paisaje, por no mencionar sus copiosos excrementos) algunos Mandíbulaz de Hierro marchan a una caza de Gruñidores. Una vez han arrinconado a las bestias, los orruks golpean e incrustan trozos de hierro en los gruñidores, manejándolas desde los remaches con sus puños desnudos. Esto muestras que pertenecen a los Mandíbulaz de Hierro. También tiene el beneficio subsidiario de acorazar a los gruñidores y, lo más importante, ralentizar a las bestias justo lo suficiente como para hacer posible montarlas.

En incontables batallas a través de los tiempos, los Gruñecolmillos han sido los responsables de las victorias más espectaculares de los Mandíbulaz de Hierro y la destrucción de algunos de los ejércitos más grandes de cuantos el tiempo ha visto alzarse contra los pielesverdes.

Jefez astutos han ascendido con sus propias y muy cacareadas estrategias basadas en Gruñecolmillos, tales como el Colmillo de Gorko, la Pezuña Perforadora o la temible Lanza del Bufido de Hocico. Los jinetes de gruñidores discuten sin parar sobre qué tácticas son las mejores para aplastar al enemigo, mientras otros orruks remarcan, no sin riesgo, que siempre hacen lo mismo: Reunir una banda de gruñecolmillos y cargar hacia el enemigo tan rápido como puedan.

Jefez Gruñecolmillos

Un jefe de los Gruñecolmillos es particularmente beligerante incluso para ser un Mandíbula de Hierro. Su bestia normalmente está cubierta por más hierro que sus chicoz. Esta capa de blindaje suele estar hecha por los trozos más duros o brillantes que el jefe pueda encontrar, más por demostrar su posición que por su utilidad práctica. Así mismo, su gruñidor será el más canallesco de sus alrededores, y todos los otros tendrán cuidado de no mirarle a los ojos por temor de que les arranque la cara. Los jefes de Gruñecolmillos se hacen rápida y justamente con un nombre por sí mismos en un Klan, pues suelen ser los primeros en dar al enemigo un buen coscorrón.

De entre todos los Solez de Hierro, el más duro de los jefes de Gruñecolmillos (O eso clama él) es Gutgrak Colmillohierro. Este alocado orruk vive virtualmente en el lomo de su gruñidor, contento de dejarse llevar por él de un vertedero a otro. Incluso come como un grunta, cogiendo y engullendo los trozos de carne, hueso y cartílago lanzados al aire por el frenesí alimenticio de su montura, todo el tiempo sonriendo locamente cual Gorko.

Equipo

Una unidad de Gruñecolmillos tiene tres o más miembros. Los jinetes de algunas unidades de Gruñecolmillos se arman con Rebanadoraz de Arrabio, mientras otros portan Zakatripaz a doz manoz. Sus monturas destrozan al enemigo con sus Mandíbulas dentadas y pezuñas.

Y una segunda unidad, los Necrófagos de la Cripta del battletome Flesth Eater

Apestosos y babeantes, armados con colmillos putrefactos, las hordas de necrófagos de la cripta rinden pleitesía a su rey. A su orden, se mueven por el campo de batalla, sus garras marcando el suelo y sus fauces abriéndose al anticipar el festín que les espera.

Necrófago es una palabra conocida en casi cada palmo de los Reinos Mortales, pues se trata de las viles criaturas que conforman el grueso del Rey Aberrante, y poseen un apetito voraz por la carne humana, que los convierte en seres repulsivos e insaciables. Infectados por la locura de su rey, cuanto más tiempo pasan en la corte más dementes se vuelven. Pronto, los necrófagos ya no se ven a sí mismos como monstruos, ni a sus actos como la aberración que son. En cambio, se ven como poderosos soldados o exploradores sin igual, que sirven en la corte del rey.

Por supuesto, la realidad es que no son más que una horda de monstruos caníbales desnudos y hambrientos. Cualquiera que se encuentre en el camino de una manada de estas criaturas tendrá tan solo dos opciones: luchas o ser devorado. Una vez que el rey ha lanzado a sus necrófagos contra el enemigo, estos devoradores de hombres no cesarán hasta que puedan volver con su amo con un buen botín de carne fresca recién recolectada.

Los necrófagos de la cripta son especialmente mortíferos cuando atacan en grupo. Una sola de estas criaturas puede tomarse su tiempo para alimentarse de la carne cruda de un enemigo, habitualmente hasta que ha comido tanto que ya no puede moverse de forma normal. Sin embargo, cuando hay varios de ellos compitiendo por la comida entran en frenesí, ávidos por matar a la presa y zampársela antes que sus hermanos y hermanas hagan lo propio y le arrebaten el preciado premio.

Totalmente devotos a su maestro aberrante, los necrófagos de la cripta saltarán a la muerte sin pensárselo dos veces, ya que cualquier instinto de conservación que pudieran tener, cualquier resto del alma del ser que un día fueron, ha sido extinguido y sustituido por la locura del rey, y lucharán como bestias rabiosas, a menudo muriendo para contentar a su señor.

En las escasas ocasiones en que un necrófago intentar huir, sus propios hermanos le darán caza. Tal es el destino de los cobardes en la corte de los devoradores de carne, donde los valientes luchan en nombre del rey y a cambio llenan sus tripas con los restos de los débiles.

En breve os traemos otra unidad más y más trasfondo de Age of Sigmar. Y ahora os invitamos a ganar 3 puntos en vuestro perfil de FanHammer, dejando aquí un simple comentario de con quien podríamos hacer próximos Crossovers con empresas, marcas, blogs o otros lugares frikis. Vuestras propuestas serán escuchadas sin duda y creemos que podéis tener grandes ideas.

Haber que ideas salen de vosotros…