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Saludos a nuestros FanHammeros del 40000. Hoy continuamos con nuestra campaña con la batalla acontecida entre los Orkos y el Ala de la Muerte. Batalla que constituye la primera victoria para el Ala de la Muerte en nuestra campaña. Ups he dicho el resultado ya. Pero lo importante es como sucedio todo…
Los jugadores Jaime y Alvaro nos relatan esta magnifica batalla y nosotros la adornamos un poco para que sea más interesante para los lectores de FanHammer. A disfrutarla.
Crónica:
Tras las tiradas de elección de mision y despliegue, el Ala de Muerte cede la iniciativa. Los orkos despliegan y empiezan la batalla. Este frente orko todavia no ha entrado en combate en la campaña y se encuentran ansiosos por hacerlo. Quieren demostrar a sus hermanos que ellos tambien merecen la bendición de Gorko. Por contra los Angeles Oscuros preparan muy bien sus defensas para conseguir su primera victoria en la campaña ante lo que saben es un duro rival.
Los orkos despliegan todo su ejercito por el borde largo del campo de batalla mientras que la estrategia del Ala de Muerte es concentrar sólo medio ejército a la izquierda del campo frente a los piztoleros y el Viejo Zogwort. Contra todo pronóstico,ya que solo es con un 6, el comandante del Ala de Muerte roba la iniciativa tras un golpe magistral de su mente estratega (y su potra). Los orkos lanzan todo lo que tienen en una primera oleada sin dejar nada en reservas. El Ala de Muerte, mucho más estrategico que el bando xenos, deja 2 escuadras de exterminadores, Belial, el Bibliotecario Remiel y Zakhael (personaje especial de la campaña) en reserva para sorprender a los orkos y crear un quebradero de cabeza al caudillo orko. Se lanzaran sobre ellos una vez empezado el combate.
En el turno 1, el pequeño destacamento del Ala de Cuervo avanza por el flanco izquierdo del combate bordeando las zonas boscosas dejando margen para no ser asaltados, mientras el hermano Abel, veterano Dreadnought del capitulo, corre al encuentro de los pielesverdes. Los orkos disparan eliminando un exterminador con un certero disparo de akribillador y un motorista, acercándose a su vez hacia el inevitable y deseado encuentro en el centro. Cuando las tropas comeinzan el acercamiento, entre las filas orkas aparecen unos seres extraños. Cinco arañas canopticas han sido reclutadas por el despiadado caudillo orko y avanzan junto a la marea verde. Se desplazan lentamente en el centro de la línea orka. Estos enemigos no estaban previstos por los Angeles Oscuros pero el honor de servir al imperio les dara valor para vencerlas.
En el turno 2, el alto mando de los angeles oscuros envia las señales para recibir las reservas pero a su pesar estas no llegan como esperaban. Tendran que esperar un nuevo turno para contar con los nuevos refuerzos. Mientras el Ala de Cuervo y Abel engullen a la primera línea orka en promethium de sus lanzallamas, el resto de exterminadores concentra el fuego sobre el mismo lugar, asolando una peña de veinticinco pistoleros hasta dejar sólo 7 y el viejo Zogwort.
Los orkos contraatacan flanqueando con los carros de guerra al todavía pequeño destacamento marien. Con fuego desde el Karro más cercano, acribillan a otro exterminador. La ahora diezmada peña de piztoleros prosigue su asalto sin inmutarse, pero Zogwort a través de sus primitivos poderes de precognición decide dejarlos a su suerte, uniéndose a otra unidad intacta y con mejor fortuna. Juntos deciden que ese artefacto bípedo no es tan peligroso sin su lanzallamas, asaltando al Dread. Salvajes ataques lanzados por los orkos no consiguen destruir al hermano Abel pero si cosiguen destuir al pequeño destacamento restante de motoristas del Ala de Cuervo con el resto de ataques. No serán olvidados.
En el turno 3, ambas unidades de Exterminadores, la 4ª al mando de Zakhael el capellán, armada con un lanzallamas y la segunda, de asalto, al mando de Belial y bajo la protección del Bibliotecario, equipada con martillos de trueno y escudos, se teleportan al combate. Llegan con gana de venganza. La primera se desvía mucho y cae entre sus compañeros y el combate cuerpo a cuerpo de Zogwort. La segunda acierta con las corrientes del inmaterium, pero el tránsito deja exhausto al Bibliotecario, el cual no consigue invocar su tormenta de llamas disformes. Las dos escuadras que comenzaron la batalla en mesa asaltan una a la peña de 7 pistoleros, eliminando a 6 y haciendo huir al último y la otra se une a la matanza de Orkos del hermano Abel, con más precipitación que acierto.
En el turno Orko, una oleada psíquica cási tángible recorre el campo de batalla al lanzarse el Waaaaagh! Un carro de guerra vomita su carga sobre un objetivo en la zona derecha de despliegue del Ala de Muerte, mancillando los textos sagrados que el edificio contenía mientras el otro Karro de Guerra desembarca su prole junto a los combates más encarnizados, disparando y asaltando la escuadra de Zakhael sin que este pueda hacer nada para evitar la pérdida del lanzallamas y del Sargento Mikaelos en la descarga de akribilladores. Siendo incapaces de contenerse, los Orkos asaltan a tres unidades ya dañadas de exterminadores. En el asalto subsiguiente, la mayor iniciativa y visión de los Hermanos despacha una larga serie de Orkos a bocajarro antes de recibir sus violentos combates, sin poder evitar llorar la pérdida de otros dos hermanos y con el hermano Abel empantanado bajo un aluvión de gruesos brazos verdes.
Por otro lado, las arañas necronas que acompañaban a los orkos, descargan su furia eléctrica sobre Belial y su escuadra, hiriéndole personalmente a él y al Bibliotecario, y acabando con la vida de otro hermano a cambio de una de las monstruosidades necronas.
En el turno 4, con toda la carne sobre el tajo del carnicero y todas las unidades trabadas en cuerpo a cuerpo, el Ala de Muerte intenta ser fiel a su nombre bajo la tremenda marea verde. El combate prosigue con liberal intercambio de dolor y heroicidad entre ambos bandos, sin resultados. En el turno orko, otra progenie de arañas llega por fin al enorme imán que representa el hermano Abel para ellas, paralizándolo bajo una tormenta eléctrica imposible, mientras el Interrogador Zakhael y su escuadra reducida drasticamente, se abre paso hasta el viejo Zogwort por fin mientras el campeón de los Piztoleros cerceña con su gran rebanadora un conducto hidráulico del hermano Abel, cubriéndose Orko de Gloria y Dreadnought de fluidos que lo ciegan momentáneamente. Las dos escuadras que trataban en muerte con los akribilladores bajados del carro acaban su siniestro trabajo, quedando una reducida al sargento Tesael y la Primera a tres miembros, especialista en cuerpo a cuerpo uno y devastador otro, liberándose del combate.
Belial y su escuadra, a pesar de perder otro de sus hermanos más apreciados, eliminan al resto de las incansables Arañas.
En el turno 5, Belial junto al guía de su fuerza, el bibliotecario Remiel se separan de la Segunda, yendo a la caza de la unidad de zakeadores liderada por el mekániko armado con el infernal Cañón Shokk. Otra vez la tormenta de llamas disformes se reduce a una lluvia de chispas azules nada anormal para los Zaqueadores. La Segunda decide erradicar de la faz de Sacia de una vez por todas al resto de Arañas Canópticas, asaltando a su vez a la progenie que queda. El sargento de la Cuarta restante, Tesael, ocupa un objetivo mientras la Primera acomete al Karro de Guerra que protege otro de los puntos importantes de la misión.
Belial y Remiel entran en las ruinas que cobijan a los Zaqueadores bajo un aluvión de culatazos, pedradas, lanzamiento de baterías gastadas y proyectiles, saliendo indemnes para despachar unos cuantos, pero mantienen la posición. Zakhael ataca y hiere profundamente al viejo Zogwort, recibiendo poco a cambio, mientras, en el mismo combate multitudinario, las arañas, aprovechando la debilidad de Abel, cercenan su brazo de combate arrancando el generador que le da vida. La Segunda de asalto arranca la vida a una de las arañas que no llega a apercibirse de su fin.
La Cuarta, tras una descarga de misiles infructuosa contra el Karro, arremete contra el mismo con todo su odio. Mientras el puño sierra encuentra solo espacio vacío cubierto con múltiples planchas viejas debido a la gran velocidad del artefacto, el hermano Oskar logra introducirse en el compartimento de carga del mismo, matando en segundos a toda la tripulacion, atravesando mamparos y estancias como mantequilla con sus cuchillas relámpago… (si, me pegué la potra con fuerza 4, 6 para impactar, 6 para penetrar, 6 para daños jajajajaj).
Durante el turno orko, Zogwort señaló con terrible gesto y los ojos inundados de energía a Zakhael, intentando reducir su alma a la de un garrapato, pero Remiel, sintiendo la tragedia, pudo cortar el flujo disforme a tiempo. El karro de guerra restante intentó atropellar al sargento Tesael, sin lograr extraer de sus motores energía suficiente como para lograrlo. Belial y Remiel en el asalto despacharon un zakeador más, siendo mucho ya para una unidad tan poco acostumbrada al contacto y huyendo estos de la mesa. Zakhael aprovechó la resaca psiquica para ejecutar al viejo Zogwort por fin, quedando rodeado de Orkos de su escuadra que no pudieron traspasar su Escudo de Fe. La Araña restante encontró y aprovechó por fin el punto débil en Abel, al cual redujo al silencio antes de que la Segunda de Asalto la silenciara a su vez y aprovechara el impulso para ocupar el Sagrado Lugar que Belial y Remiel ahora custodiaban.
La tormenta psíquica desatada por la muerte de Zogwort resulta demasiado para Hermanos y Orkos, los cuales se retiran con sus muertos y objetivos en espera de la siguiente batalla.
