NOVEDADES

Historia Sorteo Entradas Survival Zombie y Camiseta FanHammer

Buenas a los lectores más habituales de FanHammer. Digo esto porque esto sorteo va sobre todo para vosotros.

survival zombie

Primero lo que sorteamos. Sorteamos dos pares de entradas (dos ganadores que se llevaran dos entradas para el Survival Zombie que quieran en próximos meses) y una camiseta FanHammer de las pocas que ya nos quedan (pronto tendremos espero nuevas). En total tres premios para este sorteo.

Pero ahora ATENTOS porque el sorteo sera una especie de juego de rol o historia que iréis eligiendo durante todo el mes.

No lo sabéis aun pero algo ha pasado en el mundo mientras estabais embarcados en un barco pesquero durante una semana en alta mar. Los zombis han aparecido y han acabado con gran parte de la humanidad. Y bueno os toca sobrevivir durante un mes con vuestras elecciones continuando esta historia.

Dejar vuestra opción en este comentario y así comenzaréis a jugar y en los próximos post que llamaremos Sobrevive un mes a los Zombis, seguir pensando que hacéis y cual es la mejor opción para sobrevivir.

Bueno preparados…. Comenzamos a jugar:

«Os despedís de vuestros compañeros de barco y os dirigís hacia el parking donde vuestro coche os espera. Ha sido extraño que ningún encargado del muelle os haya esperado para daros la bienvenida como habitualmente. De hecho quizás sea que son las 6:00 de la mañana todavía pero no hay ningún movimiento por ningún lado. Llegáis al parking sin encontraros nadie y bueno entráis en el coche y lo arrancáis. Intentáis poner una emisora de música, vuestra favorita, pero no marcha, buscáis otra y nada…. maldita sea la radio se ha estropeado.

Bueno arrancamos y ahora toca elegir el destino…. VUESTRO TURNO:

– Ir a casa a ducharme y descansar.

– Ir a visitar a mis padres.

– Acercarme al bar que frecuento para tomarme un cafe y una buena bollería

– Ir y disfrutar de un rencuentro con mi chica.

Bueno elegir una de estas cuatro opciones. Una es peligrosa y os hiere, otra es normal y otorga cero puntos, otra da un punto y una es la mejor opción y da dos puntos. Con dos heridas quedáis eliminados. Y bueno poco más.

Los dos primeros se llevan el pack de entradas (dos entradas cada uno) para el Survival Zombie y el tercero la camiseta de FanHammer. Cuando comentéis, que sea ademas de la respuesta pues cosas divertidas que hagan interesante la historia. Así sera más divertido.

¿Quien de vosotros es un verdadero superviviente?

Acerca de fanhammer

Check Also

Desvelada la miniatura de edición limitada que tendremos en el Warhammer Day

Ya habíamos visto un trocito de ella desde Games Workshop pero hoy en la miniatura …

5 comentarios

  1. Me paro un momento para pensar, hay algo dentro de mi que me dice que nada es lo mismo de siempre. Cierro los ojos, respiro, el ambiente esta saturado, un escalofrío recorre mi cuerpo e imagino inconscientemente una escena horrorosa de mi novia gritando de pánico, se me erizan los pelos y casi sin darme cuenta estoy de camino a casa de Chloe, cuanto más me acerco, mas nervioso estoy, algo pasa, estoy seguro.

  2. (se tiene que rolearlo… y tan largo?? O.o yo continuo la historia un poco y ya está…)

    Tengo ganas de ver a Wendy… me extraña que no me haya mandado ningún mensaje de «te espero» o algo así, voy a llamarla un momento antes de arrancar…
    *bip* *bip* *bip*
    «Sin servicio» pone en la pantalla. Maldita sea, el mobil es casi nuevo. Pero bueno, le voy a dar una sorpresa a las 6 de la mañana. Total, es sábado y se que le encanta cuando vuelvo oliendo a mar.

    Respuesta: – Ir y disfrutar de un rencuentro con mi chica.

  3. Un rayo de luz se filtra por la pequeña y mal colocada cortina del ojo de buey que tengo justo sobre mi litera.
    No he dormido. Nada.
    Al cabo de cuatro meses de navegación perdimos el contacto con tierra y, ni el móvil por satélite ni la radio, han dado respuesta. El primero porque a algún gracioso lo ha dejado sin pilas (seguro que ha sido Elmer, es un auténtico salido que sólo vive para las cuatro funciones básicas de la biología animal: Comer, dormir y fo… más tarde, algún día, morirá y no creo que sea de viejo, más bien de Sífilis), el segundo porque alguna pieza se estropeó durante la travesía. -Sal- dijo el chavalín (hijo del capitán que compagina sus estudios, cuando puede permitirselos, con estos periódos en el mar), pero si esa es la causa cierta yo soy el próximo hombre del año de la revista «Time».
    -Joder, que resaca.- Exclama mi compañero entre bostezos.
    Apenas lo miro, hice la maleta en la obscuridad alumbrandome con una pequeña linterna autorecargable y prácticamente ya estoy saliendo de la habitación.
    Subo las escaleras hasta cubierta de dos en dos, de tres en tres, con la mochila golpeandome la espalda. Es ligera, tanto como mis pertencias, tanto como mis recuerdos y mi vida, tres libros, un par de fotos gastadas y una muda que limpio personalmente tras cada puesta. Una vieja deformación profesional de mi época en las Fuerzas Especiales, antes de denunciar a mi superior por contrabando, antes que mi novia y amigos me dejarán de lado cuando el tribunal falló a favor del coronel (nadie me escuchó cuando dije que el juez era su amigo, amigo íntimo, de hecho). Ahora sólo me quedan mis padres, mi madre, para ser exactos, la única, junto a mi abuelo, que creyó en mi y a la que debo mi cordura. Tal vez fueron la causa por la que no apreté el gatillo contra mi sien. Sin embargo, algo me tiene inquieto, de esos tiempos de armas y palizas rayanas en la tortura que llaman pruebas, de ahí desarrollé un instinto, unas corazonadas cuyo origen desconozco, pero que me dictan cuando las cosas van mal.
    Y van mal.
    En el puerto no hay nadie, literalmente hablando. No sólo son las señales de vida habituales es que los (pocos) barcos amarrados parecen abandonados. Cuando desembarcamos nadie viene a recibirnos, ni siquiera los comisarios de la guardia portuaria a los que da igual la hora que sea.
    El subalterno del capitán Rodriguez, Maxi, me mira. Hemos aprendido a entendernos sin tener que hablar y sabe que siento, como yo sé que lo siente él, una calma rara. La calma que precede a la tormenta, esas que no dan indicios … hasta que es tarde.
    -¿No hay comité de bienvenida?- Pregunta Elmer con su voz de soprano enturbiada por el alcohol y el tabaco. -Mejor, más rápido llegaré al bar. ¡Que les jodan señores!- Al alejarse noto un alivio. Un cretino menos que aguantar en una temporada.
    – Yo también me voy, chicos. Lukia me espera y querrá llenarme de pelos la ropa.-
    Aimara es el sol de la bañera que tenemos por pesquero. Extrañamente nadie la toca pese a ser la única mujer a bordo y estar soltera, quizá porque todos (y tristemente me incluyo) soñamos con tener algo con ella y ninguno queremos romper esa ilusión, tal vez porque ella misma sabe que si saliera con alguno de nosotros produciría un motín. Quizá, como dice Elmer, porque sencillamente no está interesada. Bueno hay gente así, yo he leído algo al respecto y con el desastre que tengo por vida debería serlo yo también, me ahorraría disgustos.
    El resto de la tripulación va bajando y yo partó, con una inclinación de cabeza que imita Maxi, hacia mi coche.
    Las emisoras de radio que escucho habitualmente no dan hoy ninguna programación y eso es poco menos que imposible, ¿una? puede, ¿dos? que mala suerte ¿tres? bueno ya se sabe lo que decía Ian Fleming. Y no sólo son las musicales, las de noticias y deportes tampoco. Eso si que es raro…
    O simplemente, se me ha estropeado la radio, es una putada, pero dado que sólo poseo dos clases de suertes, mala y peor, es plausible. A veces también me pongo paranóico por nada. Me lo dictaminó uno de esos loqueros, «Paranoia leve inducida por el estrés» ¿Qué? ¿eso existe? Seguramente no, pero como hoy día el estres es la causa de todos los males pues se habrán inventado algo en el inestable mundo de la psicología que hoy dice una cosa y mañana la otra.
    Da igual, debo ir a ver a mi madre y mi abuelo ( «Ir a visitar a mis padres» ), ver que tal les ha ido y hacerles ver que estoy mejor, que he encontrado trabajo y que ahora todo va a ir bien,… mentirles en definitiva, pero no se merecen que les amargue con mis penurias.

    PD: Aunque parezca estúpido por elegir mal, a ver si adivino:
    -La de casa y ducha da 0 Points (como España en Eurovisión).
    -La de los padres hiere
    -La del bar da dos puntos
    -La de la chica da un punto.
    Puede contestarme por privado para no joder el concurso Kokakoloct. XDD

    • Por cierto, comentar lo de los avisos legales (aquello del «por si acaso…»). Este relato es una invención, cualquier parecido con hechos, personas o lugares es pura coincidencia. Asimismo, el autor no se hace responsable de los comentarios que puedan generar terceras personas sobre él.

      Este relato existe porque el propio organizador pedía (aunque no fuera obligatorio para participar) que se le diese un cierto trasfondo a la toma de decisiones y, dado que el comentario anterior (el que está debajo, propiedad de un señor que responde al nombre de Seiko) tiene a un hombre normal como protagonista, un clásico junto al del macho-man que hace frente a cualquier cosa sin inmutarse (los típicos Seagal/Schwarzenegger/Van Damme/ o, bueno este puede hacerlo tranquilamente, el dios Norris), yo quería plasmar algo un pelín diferente, y ¿por qué no poner a un soldado, esos que copan las hazañas heróicas de Hollywood, sólo, que a diferencia de estos, sea un alma torturada, agobiada, humillada e insegura? Alguien que vive día a día («partido a partido» XDDD) y que lo último que espera es encontrase en medio de un crisis mundial pues, si no pudo salvarse a sí mismo, ¿Cómo va a salvar a nadie?

  4. Llevo demasiado tiempo en la mar, demasiado tiempo alejado del mundo, es casi como cuentan los turistas y los libros de ese lugar que esta entre el infierno y el cielo. Tienes toda la calma de no conocer ni enterarte de nadie, pero has de enfrentarte al duro mar del norte, con olas inmensas que cuando avistas el final del tormento ya no te quedan fuerzas para recordar cuando empezó.

    Mi mente esta en calma, es temprano y apenas comienza a amanecer, no consigo reunir fuerzas para hacer mi petate, si acaso llegan a un puñado de camisas sucias, alguna ya destrozada por la sal, el oxido y el tiempo; y una pequeña navaja oxidada y medio destartalada que me dio mi padre en recuerdo de mi abuelo. Esas reliquias que no sabes porque mantienes cerca, pero que te gusta conservarlas sin saber su función, porque esta no dispone ni de hoja.

    Siguiendo la rutina de la vuelta de cada viaje me dirijo al comedor, donde todos los compañeros aguardan a que el puente nos diga que hemos llegado. Han sido tantas vece las llegadas a puerto, que ya nos sabemos las rutinas de memoria, pero algo esta raro, los faros de la entrada al puerto no nos saludan ni avisa de nuestra llegada por radio. El viejo Sebas estará paseando a su joven «Lucas», un perro mestizo que apareció hace unos meses hambriento y esquelético.

    El capitán nos avisa de que hemos arriado, pero una sensación se apodera de toda la tripulación. La gran flota naval que suele haber en este puerto no ha llegado. Esto de que nos estropeara el teléfono vía satélite y la radio de largo alcance en medio del mar nos ha dejado aislados en medio del mar. Pero tampoco sabemos porque, simplemente dejamos de recibir señal. Las cosas ya no son como cuando eramos jóvenes, ahora se estropea un «chips» de esos, y ya… ale a comprar uno nuevo… capitalismo puro.

    Me despido de Andrés, Sheila, Juan y Nacho, de este último con la amenaza entre risas de ir a visitar a su hermana y mostrarle todas las habilidades que tiene un marinero en altamar, a lo que Andrés se suma, que ando mayor y me da el relevo y así la pobre no queda desconsolada.

    Ya en el parking lleno de coches, la mayoría mal aparcados intento sintonizar la radio, pero… «¿tampoco funciona?, joder…», me pongo algo de música de un viejo CD que había a mano y empiezan a sonar los mojinos, hacia años que no los escuchaba «¿siguen juntos?, y ¿que cojones hace esto en mi coche?».

    Caigo en la circunstancia de que no nos hemos cruzado con nadie, y la policía portuaria, ni el inspector, ni el patrón del almacén…. «¿que cojones pasa?», andaré cansado y no me habré dado cuenta, tenia ganas de saber como había acabado la historia de las furgones negras y grandes que llegaron al puerto, buscando un barco para transportar aquello. ¿Por que no voy al bar de Luis?, así tomo un buen colacao y uno de esos desayunos de su mujer que ha has comido para 3 días.

    Termino de arrancar el coche, quito esa música que escuchaba de chaval y;

    «Acercarme al bar que frecuento para tomarme un café y una buena bollería»

    y que me cuente como ha ido la vida la última semana, y si esta su hija… me alegro la vista y de paso sigo trabajando en ello.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *