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Relato: La Taberna de Murniel

Hoy tenemos el placer de poder ofreceros un mini relato de nuestro colaborador Jose Manuel Cuerda, especialista en litaratura y relatos.

Hoy os dejo con La Taberna de Murniel

taberna

La taberna estaba repleta, los enanos cantaban, gritaban y reñían, la jornada en las minas, las herrerías se había terminado era hora de descansar y beber cerveza antes de acudir a las casas a dormir. La taberna Murniel era muy conocida en las montañas del viejo mundo y cerca de la fortaleza Karak-Kadrin donde los enanos la defienden orgullosos. La taberna de Murniel es conocida también por su aguamiel Drug y su cerveza negra caliente Munrur, ya que la fermentación de estos licores solo los sabía hacer Murniel y su marido Drugrel.

Las jarras corrían por la barra y las mesas, Murniel, dueña del local era una enana fornida, con unas largas trenzas pelirrojas y unas cejas gruesas blancas, de avanzada edad Murniel destacaba entre los demás camareros a su servicio, tenía a dos jóvenes enanos que iban y traían y se llevaban los barriles de  aguamiel y cerveza, dos camareras que servían la cerveza y una tercera que estaba en las brasas preparando la comida que traía Drugel y su hijo Lungil, esa noche la Taberna olía a jabalí a la brasa y tabaco del imperio pues gracias al comercio de Karak-Kadrin con el imperio y Kislev habían podido traer tabaco de importación.

En la gran sala que tenía la taberna había unos sesenta enanos repartidos entre varios clanes y en una esquina oscura, habían dos matadores que se distinguían por sus tatuajes en la cara y cuerpo que llevaban al descubierto. Fumando de sus pipas y devorando un lechón que traían ellos mismos y le habían pedido a Murniel que se lo cocinara su cocinera con un tarro de miel que también llevaban los matadores. Entre los enanos de los clanes se gritaban ebrios por la cerveza y el aguamiel canticos de sus clanes, nada fuera de lo normal en un lugar de este tipo entre los enanos. Pero al lado de la entrada se encontraba un enano solitario con una barba rubia enredada en una trenza con una filigrana de color plata que le llegaba hasta el pecho y el pelo suelto rubio le caía hasta la nuca, no llevaba el casco puesto sino que lo tenía puesto encima de la mesa donde se mostraban los cuernos del casco y que brillaba con un color metalizado especial que parecía ser mithril, la capa estaba en el respaldo de la silla, de color gris oscuro, el enano vestía una armadura metálica oscura por el desgaste del tiempo, parecía muy antigua, la ropa era de color gris y negro y portaba unos guantes negros, y apoyado en la pared portaba un gran martillo que tenía que haber forjado el mismo o perteneciente a su familia por las características runas que llevaba y las imágenes que se vislumbraban.

Los cánticos no cesaban la comida seguía corriendo, la noche se apoderaba de la tarbena y la montaña, los matadores ya se habían comido su lechón y ahora observaban y reían mientras bebían y observaban al resto de enanos, el enano misterioso observaba por la ventana como la luna hacía su aparición mientras fumaba de su pipa y se bebía una gran jarra de cerveza  Munrur. A lo que entre los gritos y canciones los enanos ebrios por la bebida comenzaron a pelearse, Murniel llamo a su marido Drugel y su hijo Lungil, los dueños del local sacaron unas porras de madera para separar a la multitud y comenzaron a dar mamporrazos, mientras los matadores les ayudaban a base de golpes a separar la multitud, el misterioso enano se levanto y se vio que el enano era joven con unos brazos fuertes y unas piernas imponentes, para ser un enano no era muy grande pero se le veía que era fuerte y un centímetro o dos más bajito que el resto de los enanos del lugar. También quiso colaborar y a base de barridos y tortas comenzó a calmar el lugar. Cuando todos se calmaron los guerreros del clan se unieron al unísono y cantaron canciones populares.

Los enanos matadores se percataron junto con Murniel que el  joven enano misterioso les había ayudado y con templanza calmó a un grupo de 7 enanos más grandes que él, a lo que se le acercaron los tres y el más grande de los enanos matadores le dijo: -Oye amigo mi nombre es Turuk Puño de Hierro, ¿cómo te llamas?- y el enano misterioso hizo oído sordos mientras se sentaba en su silla, y el segundo enano matado furioso se encaró con el enano mientras Turuk le sujetaba el pecho para que no le atizara un golpe y le incitó: -Escucha jovencito, mi hermano matador te ha hecho una pregunta, y como que me llamo Rumdil ¡qué sino la contestas te parto la nariz!- otra vez el joven enano hizo oídos sordos y tras un suspiro bebió un trago de su jarra ya casi vacía, y entro en escena Murniel, que dijo: -Disculpa joven, solo queremos saber cómo te llamas, la mayoría de mi clientela se conoce y vienen aquí siempre, tanto Turuk como Rumdil vienen a esta taberna todos los días a no ser que vayan a la batalla, ¿podrías decirme tu nombre para poder dirigirme cordialmente a ti?-

Y entonces el joven enano mira a Murniel a la cara de su boca salieron las palabras: – Mi nombre es Joseph y solo buscaba que se me hablara con respeto y educación-, mirando a Rumdil, este que se dio por aludido estuvo a una centésima de soltar un puñetazo en la cara de Joseph, pero Turuk que se había percatado de su grosería cogió del brazo a su amigo y lo sosegó. Tras lo cual se giro y le dijo: -Perdona a mi amigo esta irascible ya que un enano le ha atizado una patada en sus partes bajas y no es gustoso para nadie que te golpeen ahí. Perdona mis palabras y las de mi amigo,  ¿y ha donde te diriges Joseph?- Murniel que ya veía como se calmaba la cosa se dirigió a la  barra y les sirvió otras tres jarras de Munrur a los enanos.

Joseph ya con una cara más amable y expresiva donde se veían sus ojos marrones comenzó a explicar a donde se dirigía y el porqué de su viaje. Se dirigía a Karak-a-Karak pero previamente debía pasar por Kara-Kadrin para hablar con un herrero rúnico amigo de su padre fallecido a manos de los viles orcos en su casa, ya que la última voluntad de  su padre era que su hijo hurgara en su pasado. Los enanos siguieron intercambiando historias de su pasado mientras se hacían amigos a lo que estos matadores se ofrecieron a escoltar a Joseph hasta Karak-Kadrin.

Munriel les dejó hospedarse en el almacén en unos camastros de paja, junto con una de sus cámaras llamada Grinalda, ya que era una hija adoptiva de Murniel y su marido Drugel. La enana parecía admirar a este joven enano. Con la luna ya en lo alto la taberna vacía debido a que los enanos habían ido a sus casas y los dueños del local durmiendo en el piso de arriba de la taberna, Joseph apoyo se apoyo sobre su gran martillo murmuro unas palabras y se acostó en el camastro ya que mañana le esperaba casi un día completo para llegar a Karak-Kadrin.

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