Fanhammer FanHammer la información del Hobbie
Este sábado podréis conseguir en prepedido la nueva miniatura de este celebre y conocido personaje de los Salamandras pero seguramente muchos no lo conocéis o hay mucha de su historia se os escapa.
Games Workshop nos da un artículo sobre él y su trasfondo que para todo jugador de Salamandras es obligado conocer e igualmente para todo amante de Warhammer 40000.
Yo he aprendido mucho sobre este personaje que solo conocía de nombre.
Mi misión es un regalo del mismísimo Vulkan. He cambiado la hermandad por una vocación sagrada, una por la que daré mi vida con gusto. Que las llamas devoren a cualquiera que se interponga en mi camino.
– Padre de la Forja Vulkan He’stan
La antigua historia del Capítulo de las Salamandras está envuelta en mitos y leyendas. Según los fragmentos de la tradición que se conservan, el Primarca Vulkan esparció nueve potentes artefactos por la galaxia. Lo hizo no solo para evitar que cayeran en manos de los enemigos de la Humanidad, sino también como prueba para sus descendientes.
En su sabiduría, el Primarca comprendió que incluso el premio más grande carece de valor si se conquista sin oposición. Si sus vástagos empuñaban estas reliquias, primero tendrían que demostrar su valía. El destino del Padre de la Forja del Capítulo, actualmente Vulkan He’stan, es dedicar su vida a buscar las reliquias restantes y devolverlas a la custodia del Capítulo.
El rango de Padre Forjador surgió poco después de la desaparición de Vulkan y ha sido una posición crucial desde entonces. Solo los campeones más destacados del Capítulo son considerados para el puesto, tal es la determinación, la resistencia y la concentración requeridas. La búsqueda de las reliquias perdidas de Vulkan requiere un don para la estrategia en el campo de batalla y una gran resiliencia física y mental.
La mayoría de quienes han ostentado el cargo han soportado toda una vida de búsqueda sin éxito. Un Padre Forjador debe aceptar que el resultado más probable de siglos de búsqueda incesante es el fracaso, y aun así mantener siempre una chispa de esperanza. En resumen, quien ostenta el rango de Padre Forjador debe ser el mejor de los Salamandras en todos los aspectos de la guerra.
Antaño Capitán de la Cuarta Compañía, el Padre Forjador He’stan había servido a su Capítulo durante un siglo cuando fue seleccionado por el Consejo del Panteón del Capítulo para tomar el manto. De acuerdo con la tradición del Capítulo, abandonó su nombre y adoptó el de su Primarca desaparecido.
En las décadas transcurridas desde entonces, Vulkan He’stan ha recorrido la galaxia repetidamente, siguiendo las pistas halladas en el Tomo del Fuego . Su camino lo ha llevado a numerosos mundos en las garras de los enemigos del Emperador, ya fueran herejes o invasores xenos. La mayoría de los Salamandras creen que la recuperación de las reliquias perdidas de Vulkan anunciará el regreso del Primarca, y el Capítulo, así como la mayoría de sus sucesores, estarán dispuestos a dedicar abundantes vidas y recursos a la misión de He’stan.
De las nueve reliquias de Vulkan, se han recuperado cinco. He’stan porta tres de ellas en todo momento. La Lanza de Vulkan es una potente arma de poder que brilla con el calor de la forja y puede quemar ceramita sólida. La capa de escamas de dragón conocida como el Manto de Kesare es casi impenetrable, lo que otorga a su portador una gran protección.
El Guantelete de la Forja, por su parte, es una armadura de gran calidad equipada con un lanzallamas pesado integrado. Así armado y protegido, Vulkan He’stan se vuelve aún más formidable en batalla. Las dos últimas reliquias recuperadas —la nave forja Cáliz de Fuego y el láser de defensa conocido como el Ojo de Vulkan— permanecen en órbita sobre Prometeo, la luna que alberga el monasterio fortaleza del Capítulo. El resto solo se conoce por su nombre, pues sus formas y funciones se han perdido hace mucho tiempo en los registros del Capítulo: la Máquina de las Aflicciones, el Carro de Obsidiana, la Llama Desatada y la Canción de la Entropía.
Tras la apertura de la Gran Grieta, la búsqueda de Vulkan He’stan lo llevó a las profundidades del Imperium Nihilus. Allí, acompañado por hermanos de batalla de los Martillos de Nocturno y el Pacto del Fuego, se sintió atraído por el planeta Zero. En medio de la locura de las tormentas disformes que se aproximaban, percibió el rescoldo de una pista que, según él, podría conducirlo a la Llama Desatada. No estaba solo en esta línea de investigación.
Así se desató un brutal conflicto entre las fuerzas del Padre de la Forja y las de la Legión Alfa, cuyos agentes se habían infiltrado en elementos de los Martillos de Nocturno y habían convencido a gran parte de la población del planeta para su causa. Aunque el ejército del Padre de la Forja finalmente prevaleció, obligando a la Legión Alfa superviviente a abandonar a sus agentes mortales y retirarse, no se pudo encontrar rastro de la pista que buscaba. Reuniendo al resto de sus hermanos de batalla, He’stan sigue ahora el rastro de los Traidores adentrándose en esta región sumida en la oscuridad de la galaxia. Ya había experimentado esa frustración muchas veces. Quizás, razonó, aún se podría extraer información pertinente de las mentes de los hijos de Alpharius.
El tomo del fuego
Más que un simple libro, el Tomo del Fuego es un archivo de diversas obras creadas por el Primarca Vulkan. Entre este tesoro se encuentran numerosos volúmenes encuadernados en piel de dragón que contienen conocimiento esotérico, ahora en gran parte perdido para el resto de la humanidad. Los Salamandras creen que los libros, baratijas y dispositivos mecánicos que componen el Tomo del Fuego contienen pistas ocultas sobre la ubicación de los nueve tesoros perdidos de Vulkan. Cada Padre de la Forja sucesivo dedica largos periodos de tiempo a inspeccionar y catalogar el contenido de la colección, modificando su disposición, experimentando con sus mecanismos y buscando extraer de ellos una dosis de iluminación que sus predecesores podrían haber pasado por alto.
