Games Workshop ha aportado otro pequeño relato de los que suele avanzar dando algo de trasfondo a los lanzamientos del Despertar Psiquico.
Esta vez tenemos Consecuencias y os lo podemos ofrecer gracias al trabajo de traducción de Rúber Farraces.
CONSECUENCIAS
– Prended a esos traidores.
El mandato era tan chocante y tan tremen-damente incongruente que la Dama Centura no fue capaz de obedecerlo inmediatamente. Estaba intentando conciliar lo que acababa de descubrir y todo lo que implicaba con la orden que había dado el Capitán Escudo Tyvar.
La tripulación del puente de mando de la Lux-Imperatus se quedaron congelados por el horror al ver la holoproyección que flotaba en el aire delante de ellos.Durante muchos meses de trabajar duro, de sufrir múltiples pruebas, de atravesar campos de batallas ardientes y de encontrarse entre los dientes de feroces tormentas de disfor-midad, el mundo de Khassedur había sido su destino.
Tenían su deber al alcance de la mano: dejar a las dos compañías completas de Escudos Grises de los Dracos de Latón en su nuevo mundo adoptivo, y ser testigos de como el Maestro del Capítulo Kaslyn aceptaba el regalo del Milagro de Cawl.Delante de ellos flotaba Khassedur, rotando ante sus ojos en una imagen tridimensional de alta calidad.Desgarrado por la guerra.
Devastado.
A su lado, ineludibles, varios informes estratégicos, advertencias y súplicas de ayuda escri-tos en bajo gótico discurrían a toda velocidad. Contaban una historia de herejía, traición y destrucción.
Abarcaban por completo el campo de visión de Dessina, burlándose de todo por lo que habían pasado ella y sus camaradas para llegar hasta este punto y convirtiendo en humo la esperanza que creían que llevaban con ellos.La Dama Centura absorbió y procesó todo esto en el tiempo de unos pocos latidos. Aún así, Tyvar se le había adelantado.
También se había adelantado a los humanos que compo-nían la tripulación y los hombres de armas del puente de mando, a la Comandante Kachorkyn y a las Doncellas Nulas que se encontraban al lado de Dessima.
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