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Otra de las buenas noticias para los jugadores de Tiránidos en esta nueva edición de Warhammer 40000 será la renovación de sus clásicos artilleros con nuevos modelos tanto del Biovoro como del Pyrovoro.
Todo enemigo de los Tiránidos teme enfrentarse a la artillería Tiránida: municiones vivientes, lanzadas por artillería viviente.
La mente de enjambre genera criaturas como Exocrinos, Tyrannofexes y ahora los Biovoros y Pyrovoros recientemente evolucionados.
Los Biovoros son esencialmente baterías de mortero inteligentes, cada una de las cuales lleva un órgano lanzador simbiótico hinchado con un puñado de minas de esporas.
Estos descendientes volátiles son lanzados a través del campo de batalla en violentos espasmos musculares: verdaderamente, el milagro del nacimiento.
La nueva forma más amplia del Biovoro le permite operar como una plataforma de tiro eficiente, clavando las patas con púas de quitina profundamente en el suelo para absorber el retroceso estremecedor de su arma.
Estos orbes con tentáculos flotan instintivamente hacia la presa como globos alienígenas maliciosos, antes de estallar y bañar a sus objetivos con fragmentos de huesos, gases tóxicos y fluidos corrosivos.
El Pyrovoro, por otro lado, es una criatura diseñada para ayudar a su flota de colmenas a predigerir los minerales y la biomasa más duros, como una madre pájaro masticando gusanos para su polluelo, si los gusanos estuvieran revestidos de ceramita como los Marines Espaciales.
La red de estómagos de la bestia gorgotea con maldad bioquímica, que babea de sus fauces ácidas y brota de su simbionte dorsal como chorros cáusticos de gas inflamable. Un Pyrovore puede engullir escuadrones enteros en fuego químico, derritiendo armaduras y carne antes de consumirse.
Asqueroso, pero efectivo: la mente colmena claramente no ha encontrado tiempo para evolucionar sus modales en la mesa.
