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Hoy en el avance sobre las Legiones de la Herejia de Horus vamos a conocer el trasfondo de los Ultramarines y algunas reglas que tendrán en la nueva Herejía.
Los planes son geniales, nos encantan los planes, pero a veces los planeas tanto que te pierdes las Guerras de Unificación y tienes que recuperar el tiempo perdido. Mira, mientras todos los demás hacían pedazos a los tecnobárbaros, los ‘nacidos en la guerra’ estaban ocupados recogiendo a los mejores reclutas que podían encontrar de toda Terra, y solo vieron su primer enfrentamiento junto a los Puños Imperiales y los Lobos Lunares durante la Primera Guerra Mundial en la Pacificación de Luna.
Después de pasar mucho tiempo permaneciendo discretos, la gran oportunidad de los Ultramarines llegó cuando recibieron un curso intensivo en logística al estilo Macragge, convirtiéndose en una de las Legiones más grandes y mejor organizadas prácticamente de la noche a la mañana.
Solo los Lobos Lunares conquistaron más planetas durante la Gran Cruzada, y ninguno dejó sus conquistas en tan buenas condiciones.
Al final de la Gran Cruzada, el reino de Ultramar abarcaba cientos de planetas y proporcionaba un flujo constante de reclutas de alta calidad. De hecho, los Ultramarines crecieron tanto que tuvieron que crear un nivel de organización completamente nuevo llamado «Capítulo», que tenemos la extraña sensación de que será útil más adelante.
REGLAS
La semilla genética de la XIII Legión se destacó por inculcar a sus reclutas una mente militar sumamente equilibrada, vigorosa en un momento y cautelosa en el siguiente. Emplearon la Fuerza de la Sabiduría para luchar como un todo cohesionado, combinando la potencia de fuego con los camaradas cercanos para destruir al enemigo pieza por pieza.
Los comandantes de los Ultramarines idean planes de batalla como los Lobos Espaciales tienen festines, por lo que sus ejércitos siempre tienen un Plan B, C y D. Con una buena radio sólida y el Logos Lectora a mano, la eminentemente adaptable XIII Legión puede correr cuando lo necesiten, disparar. cuando lo necesitan, y se quedan atrapados cuando lo necesitan.
EL PRIMARCA
No necesitas crecer en un Mundo de la Muerte vicioso o una colonia minera miserable para convertirte en un gran líder, solo pregúntale a Roboute Guilliman, quien estiró las piernas entre la nobleza de la hermosa Macragge antes de que el Emperador llamara a la puerta.
Sí, su padre adoptivo murió en una rebelión violenta y sí, tuvo que sofocar las constantes incursiones de los salvajes que habitan en las montañas**, pero ciertamente es mejor que tener que estrangular a una serpiente plateada gigante antes del desayuno.
Cuando la Gran Cruzada llegó a Macragge, con cinco años de retraso debido a los problemas de la tormenta disforme, el Emperador encontró un reino lleno de vida, prosperidad y humanidad. Naturalmente, decidió poner al Primarca responsable a cargo de una Legión y enviarlo a las estrellas, porque ninguna buena acción queda sin castigo.
En última instancia, a Roboute no le importó demasiado, ya que ahora tenía 250.000 nuevas tropas para organizar en líneas ordenadas. Incluso dio todo su apoyo al nombramiento de Horus como Señor de la Guerra, dejando que prevaleciera la cabeza fría mientras que otros Primarcas se enfadaban. Desafortunadamente, sus habilidades de planificación suprema pintaron un gran objetivo en su espalda para los traidores conspiradores tortuosos.
DURANTE LA HEREJIA
Si bien la mayoría de sus hermanos tenían a Guilliman en una estima razonable (en el peor de los casos, lo encontraban un poco estirado y autoritario), no se podía decir lo mismo de Lorgar. Debido a algo trivial relacionado con la aniquilación de su ciudad favorita por parte de los Ultramarines por orden del Emperador, los Portadores de la Palabra guardaron rencor contra la XIII Legión que estalló en una cobarde emboscada en Calth.
Mientras ambas Legiones se reunían en el planeta, todo parecía un día normal y agradable en Ultramar. Los Ultramarines esperaban marchar junto a los Portadores de la Palabra, reemplazando todos esos malos sentimientos del pasado con buenos recuerdos de cooperación y camaradería… cuando los Traidores comenzaron a disparar contra sus nobles aliados, lo que condujo a una de las batallas más sangrientas de la historia galáctica como el implacable Los Ultramarines empujaron de forma lenta pero segura a sus primos traicioneros de regreso al espacio.
Una vez que los Portadores de la Palabra se fueron con el rabo entre las piernas, Guilliman descubrió que ya no podía ponerse en contacto con el Mundo del Trono e hizo lo que mejor sabe hacer: planificar. Lo planeó tanto que creó todo un segundo Imperio con su hermano más popular, Sanguinius, en el trono.
Sin ninguna culpa por su parte, Imperium Secundus no funcionó, y Roboute partió hacia Terra con casi toda su Legión a cuestas. ¿Llegará allí a tiempo o la diabólica Tormenta de Ruina retrasará la ira de los Ultramarines el tiempo suficiente? Sólo el tiempo dirá.
El trasfondo personalmente no lo conocía mucho y me ha gustado bastante.
